El Gobierno estaba sobre aviso, pero la
comparación ha resultado más negativa de lo previsto. La corrección al
alza que la oficina estadística europea acaba de realizar sobre el déficit público que alcanzó España en el 2011 cifra esta magnitud en una proporción equivalente al 9,4 % del PIB, frente al 8,5 % que se había estimado hasta ahora. El nuevo porcentaje es idéntico al que el mismo año presentaba Grecia,
y supone un desequilibrio presupuestario que en ese ejercicio solo era
superado por Irlanda (números rojos equivalentes al 13,5 % del producto
interior bruto) entre los 27 socios de la Unión Europea.
Como media, la zona euro presentó en el ejercicio 2011 un déficit
equivalente al 4,1 % del PIB, con un significativo descenso respecto al
6,2 % del año precedente. En el conjunto de los 27, la tasa se situó en
el 4,4 % de esa magnitud, inferior en más de dos puntos a la que alcanzó
en el 2010.
El incremento de nueve décimas aplicado al
déficit español es el más elevado en un conjunto de países donde hay de
todo, incluso una mejora de dos décimas en el desequilibrio
presupuestario de Alemania. Ningún otro ajuste es tan significativo. En
el caso de España, el fuerte empeoramiento responde a dos causas bien
identificadas: al rescate de entidades bancarias nacionalizadas y a la
regularización de facturas impagadas -y no registradas- que las
distintas Administraciones venían manteniendo.
El Ejecutivo de Rajoy
ha dado por seguro que los ajustes de Eurostat no van a computar para
el procedimiento de déficit excesivo, es decir, que no implicarán una
penalización para España por este incumplimiento de los compromisos
adquiridos. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
así lo justificó en la presentación de los Presupuestos del 2013, con
el argumento de que las ayudas a la banca... se van a recuperar.
Las inyecciones de capital en las entidades
rescatadas han tenido que reclasificarse como consecuencia de la pérdida
de valor de las participaciones que adquirió el FROB a cambio de
inyectar capital, pero son desembolsos que se imputan «de una sola vez» y
es de prever que una parte de estos fondos se vean compensados cuando
se produzca la reprivatización de las firmas. La revisión de la UE
también aumenta -en este caso en tres décimas, a causa de facturas
impagadas por las Administraciones- el déficit que las Administraciones
públicas españolas presentaron en el 2010 hasta el 9,7 %.
Eurostat no lo anticipa, pero la factura
bancaria, además de engordar en 5.100 millones el déficit del pasado
año, va a sumar otros 11.500 a los números rojos del ejercicio actual,
que cerrará con un desequilibrio entre ingresos y gastos equivalente al
7,4 % del PIB (en vez del 6,3 % en que hasta ahora se mantiene el
compromiso adquirido).
fuente: la voz de Galicia
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